
Con tan sólo 52 segundos de metraje, la campaña de Leo Burnett para la ONG británica Think!, logra el objetivo de sorprender, impactar y concienciar a la población sobre los efectos nocivos que tiene el consumo del alcohol en la conducción.
Así, el vídeo muestra a varios jóvenes en un bar de copas que acuden al baño y, cuando se miran al espejo para lavarse las manos, sucede algo inesperado: el espejo estalla y asoma la cabeza de un conductor (falso) y varias gotas de sangre emanan del espejo.
Para concienciar a los jóvenes que utilizan el coche después de consumir alcohol el «spot» acaba con una pregunta: ¿Qué impacto podría tener una bebida en tu noche de fiesta?
La crudeza de las imágenes han generado mucho revuelo en las redes sociales y el vídeo ha sido visto ya por más de cuatro millones de personas en los últimos cuatro días. A pesar de la dureza del mensaje, las críticas han sido muy buenas.
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