
Todo comenzó alrededor de las 16:30, cuando una intervención de los agentes penitenciarios en pleno horario de visitas causó malestar entre los internos que comenzaron a encender colchones en tres pabellones y agredieron al personal uniformado.
Rápidamente intervinieron efectivos de bomberos que sofocaron los distintos focos ígneos que amenazaban con extenderse y, tras algo más de una hora de negociaciones, los presos depusieron su actitud.Una vez apaciguados los ánimos, los internos lastimados –todos con lesiones de carácter leves, según dijeron las autoridades- fueron atendidos en la enfermería al igual que algunos penitenciarios que fueron golpeados.
Pasadas las ocho de la noche, la situación en la alcaidía era de “absoluta normalidad”, según indicaron las autoridades, que además rechazaron las versiones sobre una posible fuga de presos durante los incidentes.
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